La empatía es crucial en la crianza positiva porque ayuda a los padres, madres y educadores a conectarse emocionalmente con los niños y comprender sus experiencias y sentimientos. Para ello debemos:
- Validar los sentimientos del niño: cuando un niño está triste, enojado o frustrado, los adultos pueden validar sus sentimientos diciendo cosas como: «Parece que estás muy triste. ¿Quieres hablar sobre lo que te está molestando?»
- Ponerse en el lugar del niño: antes de reaccionar ante un comportamiento desafiante, los padres y educadores pueden intentar imaginar cómo se siente el niño en esa situación y responder con comprensión y empatía
- Ofrecer consuelo y apoyo: cuando un niño está pasando por una dificultad, los adultos pueden ofrecer consuelo y apoyo emocional, demostrando que están ahí para ayudar y brindar seguridad.
- Enseñar habilidades de resolución de problemas: la empatía también implica ayudar a los niños a desarrollar habilidades para lidiar con sus propias emociones y resolver conflictos de manera constructiva, ofreciendo orientación y apoyo en lugar de crítica o castigo.
- Modelar comportamiento empático: los adultos pueden enseñar empatía siendo modelos a seguir, mostrando compasión y consideración hacia los demás en sus propias interacciones diarias.
En resumen, practicar la empatía en la crianza positiva implica validar los sentimientos del niño, ponerse en su lugar, ofrecer consuelo y apoyo, enseñar habilidades de resolución de problemas y modelar comportamientos empáticos. Esto ayuda a fortalecer la conexión emocional entre padres, madres, educadores y niños, promoviendo relaciones saludables y un desarrollo emocional positivo.